LA INSTITUTRIZ II

Desde la antigüedad, en todas las civilizaciones, las familias más poderosas y adineradas contaban entre su servicio doméstico con personas encargadas de la educación de sus hijos.
Los Reyes de Francia disponían ya de institutriz para la educación de los príncipes y del Delfín a partir de 1510. En el caso de los varones cuando cumplían siete años, edad que consideraban de la razón, pasaban a cargo de un instructor. Las institutrices reales, y sus ayudantes, siempre pertenecían a la alta nobleza. 

          
Dentro de las familias de clases medias y altas victorianas, la figura de la institutriz fue fundamental. Los padres eran responsables de su educación, no entraban dentro de las competencias del Estado. Las institutrices se ocupaban de las niñas y un preceptor de los niños. Hacia mediados del S XIX estos últimos comenazaron a acudir a colegios, las niñas tardaron bastantes años en hacer lo mismo. 

"¡Que agradable sería ser institutriz! ir al mundo para entrar en una nueva vida;
 actuar por mí misma: ejercer mis facultades inusuales;
 para ganar mi propio mantenimiento." 
Agnes Grey, Anne Brontë

El trabajo de una mujer en ese momento era intentar conseguir un marido. Si no lo conseguían y tenían necesidad de ganarse la vida, para una joven con buena educación, de clase media, resultaba una salida. Con el tiempo el trabajo se hizo cada vez más profesional. Incluso existían agencias de colocación para institutrices.

"Existe en el West End una agencia para institutrices muy conocida, llamada
 Westway's por la que solía pasarme una vez a la semana para ver si 

  había surgido algo que pudiera convenirme." 
Las aventuras de Sherlock Holmes, Arthur Conan Doyle
   
La buena institutriz debía enseñar Lenguas extranjeras, geografía, historia, literatura, matemáticas y también habilidades que eran consideradas indispensables para una mujer instruida como coser y bordar, algo de música, tocar el piano, cantar, bailar, sin olvidar algo de arte, pintura y también preceptos morales y religiosos básicos.
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Fanny Durbach, institutriz de Tchaikovsky
Se esperaba que fuera un modelo de sencillez, modestia y pulcritud, por eso se tenía muy en cuenta su forma de vestir que debía reflejar todos los valores que se le suponían. Normalmente sus trajes eran muy discretos, en colores negro, gris o marrón, con cuellos blancos de piqué o encaje. Lo máximo que se permitían en su sobria indumentaria, era algún adorno que destacara cerrando el cuello del vestido, con alguna cinta o con uno de los populares broches esmaltados, de moda en esa época. También usaban capas con capucha y chales. Sus peinados también eran discretos, acordes con el conjunto, con un simple moño recogido en la nuca, a lo sumo adornado con alguna peineta.  


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Eran las encargadas de la educación de los hijos de familias adineradas y se esperaba que se comportaran como sras. Convivían con la familia, pero no eran consideradas una más, se las trataba como sirvientas. Tampoco formaban parte del resto del servicio doméstico y estos las despreciaban, las consideraban arrogantes. Por eso pasaban mucho tiempo en su habitación. Seguramente de ahí viene la fama de amargadas, severas y frías. 


    " Creo que Mary y yo tuvimos al menos una docena en aquella época: la
    mitad de ellas despreciables y el resto rídiculas, y todas unas brujas. 
    ¿Verdad que lo eran mamá? su madre responde amablemente: "Querida
      no me hables de institutrices, sólo oir mencionar la palabra me pone
    nerviosa. He sufrido un martirio a causa de su incompetencia y sus caprichos.
    ¡Gracias al cielo que ya no tengo que ver con ellas!"
Jane Eyre, Charlotte Brontë.

Con frecuencia debían soportar humillaciones de sus jefes, insinuaciones inapropiadas de los hombres de las familias  y menosprecios de sus compañeros, unidos a las escasas pagas ( unas 4 libras), soledad, incertidumbre por el tiempo de estancia en la casa. Pese a todo, muchas conseguían una vía de escape a esta situación encontrando un buen partido en la familia y lograban un matrimonio respetable.

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Comentarios

  1. Muy interesante. Los temas de historia social me encantan. Mi familia, como venimos de baja alcurnia, ni idea de institutrices. Imagino que era un trabajo duro, pero comparado con la vida en general de la mujer trabajadora, pocas opciones eran mejores. Trabajar en fábrica montones de horas, servir como criadas o quedarse en casa criando a tropecientos hijos y legalmente en manos del marido ... Creo que me quedo con institutriz.

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    1. En cierta medida, creo que la mayoria, llevamos una institutriz dentro. En todas las familias, en todas las culturas siempre las mujeres fueron las encargadas de educar y transmitir valores. Cuanto debemos agradecer a madres, abuelas, hermanas, tías...

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  2. Lo dicho. Unas mujeres tan cultas y interesantes como serían consideradas hoy por si riqueza cultural y modo de vida, eran mal vistas por unos y otros, y sin embargo eran las reponsables de la educación de sus vástagos, y si te descuidas hasta de la propia familia, en muchos casos con menos luces pero más dinero. Qué pena de sociedad

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    1. En el fondo tenían mucho poder, y eso da miedo. Este ha sido el responsable de muchas guerras y otras atrocidades, si le añadimos la ignorancia y vamos sumando a la formula más cosas como la soberbia, la inseguridad...el resultado puede ser terrible. Sin duda, el menosprecio que sufrían las insitutrices era para quitarles esa fuerza.

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